Ana Karina Valverde tiene 47 años y vive en Santa Cruz, Bolivia. Es madre, hija y pilar de su familia. Siempre fue una mujer fuerte, de esas que rara vez se quejan y que, a pesar del cansancio, sigue adelante por los suyos. Hace siete años, su vida dio un giro inesperado. Una hemorragia fuerte la llevó de urgencia al hospital, y desde entonces comenzó una batalla silenciosa contra un mioma uterino que fue creciendo poco a poco, hasta volverse insoportable. El dolor, las molestias constantes y las hemorragias irregulares han afectado cada aspecto de su vida. Le cuesta trabajar, moverse, dormir. Muchas veces tiene que ausentarse de sus responsabilidades, y su ánimo también ha comenzado a deteriorarse. Aun así, Ana Karina nunca dejó de sonreír, ni de cuidar a su familia. Durante este tiempo ha visitado médicos, realizado estudios y tomado tratamientos paliativos. Pero la única solución real es una cirugía para extraer el mioma y detener el sufrimiento. El problema es que la operación tiene un costo que su familia, con ingresos limitados, no puede cubrir. Hoy, Ana Karina necesita más que fuerza. Necesita apoyo, esperanza… y una oportunidad para volver a vivir sin dolor.