Marco Antonio Castro tiene 26 años y es papá de dos niñas pequeñas que lo miran con admiración y cariño. Vive en Santa Cruz, Bolivia, y hasta hace dos años llevaba una vida activa, trabajando duro para darles a sus hijas todo lo que necesitaban. Pero una tarde cualquiera, un accidente de tránsito lo cambió todo.Quedó atrapado entre los fierros del vehículo. Fue un momento trágico y doloroso. Marco sufrió una fractura de fémur grave, fue operado de urgencia… pero la cirugía no tuvo los resultados esperados. Desde entonces, vive con dolor constante, limitaciones al caminar y la imposibilidad de sostenerse de pie por mucho tiempo. A pesar del sufrimiento, Marco ha seguido adelante por amor a sus hijas. Pero cada día es más difícil. No puede jugar con ellas, correr a su lado, ni siquiera llevarlas de la mano por mucho tiempo. El dolor físico ha comenzado a afectarlo emocionalmente, y la esperanza de una recuperación total parece alejarse. Los médicos le han indicado una nueva cirugía correctiva que podría devolverle la movilidad y el alivio que tanto necesita. Sin embargo, los costos del procedimiento, los estudios y la rehabilitación son demasiado altos para su familia. Marco no quiere rendirse. Solo desea volver a caminar con seguridad, trabajar y jugar con sus hijas como antes. Y hoy, necesita de nuestra ayuda para lograrlo.