Dolly Barba tiene 63 años. Es una mujer fuerte, cariñosa y profundamente dedicada a su familia. Vive en Santa Cruz, Bolivia, y desde hace dos años enfrenta una dura batalla: sufre de un descenso de vejiga, una condición que no solo le provoca dolor físico, sino también incomodidad constante y limitaciones severas en su día a día.Todo comenzó con una molestia leve, que fue empeorando con el tiempo. Hoy, cada movimiento es doloroso. Le cuesta caminar, estar de pie o incluso descansar por las noches. Este problema la ha obligado a dejar muchas de sus actividades, y aunque siempre ha sido una mujer optimista, cada día le cuesta más mantener esa fuerza.A pesar del sufrimiento, Dolly ha seguido adelante con mucha dignidad. Pero la enfermedad ha avanzado y los tratamientos ya no son suficientes. Los médicos le han indicado que necesita una cirugía reconstructiva de urgencia para corregir el problema. Sin esa intervención, su calidad de vida seguirá deteriorándose.Su familia, aunque la apoya con todo el amor posible, no cuenta con los recursos económicos necesarios para cubrir los costos de la cirugía. Han tocado puertas, buscado soluciones, pero hoy necesitan una mano solidaria. Dolly solo quiere volver a caminar sin dolor, dormir tranquila y abrazar a los suyos con la tranquilidad de sentirse bien.